¿Será El Metro?

¿Será El Metro,  la solución a los problemas de trasporte público en Bogotá?

El sistema de transporte masivo de Bogotá (transmilenio, metro y sistema integrado de transporte) que se construirá en Bogotá, será un sistema de transporte que no solo traslade ciudadanos de un lugar a otro, sino un nuevo mecanismo  que permita reconfigurar el espacio público de la ciudad. No obstante los objetivos principales de este sistema para Bogotá  son, “el mejoramiento sustancial en la movilidad, la seguridad, el ahorro en el tiempo de desplazamiento, confort, seguridad y confianza”. Y aunque  se espera que este sistema cumpla con la mayoría de sus objetivos principales por los cuales fue creado, surge entre muchas otras preguntas, si verdaderamente este sistema de transporte masivo es la solución a todos los problemas de transporte en la ciudad.
En Colombia ha existido  una vieja y nociva costumbre en sus gobernantes: atacan los problemas por sus síntomas y no por sus causas. En otras palabras,  se trata de solucionar los distintos problemas sociales no por los motivos y las causas que los generan sino por las consecuencias que estos traen consigo. Esta afirmación se puede ejemplificar fácilmente: la violencia y la delincuencia urbana se combate con más policías y mayor represión estatal, pero no se combate el hambre, el desempleo, la falta de educación, la desigualdad social y  la exclusión social que son los grandes detonantes de la delincuencia urbana en todas sus formas. Todo esto no es ajeno para el caso de los problemas de transporte público en las ciudades colombianas y específicamente en Bogotá, en donde la solución a los problemas de la movilidad de sus habitantes va más allá de un sistema masivo de buses articulados, buses y el metro.
Una de las diversas formas para mejorar los problemas de transporte urbano consiste en racionalizar y hacer más eficientes los medios para transportarnos. Pero contrario a esto en las ciudades colombianas y en Bogotá se hace totalmente lo contrario. En primer lugar, y específicamente para el caso de Bogotá (que no es distinto al del resto de ciudades colombianas) el sistema de transporte urbano basado en buses, busetas, servicio colectivo y transmileno, ha sido diseñado para ser manejado y administrado por empresas privadas que solo persiguen  el lucro, olvidando por completo la eficacia y la calidad en el servicio. Cada vez aumenta el número de buses en la ciudad sin ningún tipo de control por parte de la Alcaldía de Bogotá y las instituciones municipales que solo observan cómplices, de estas mafias del transporte público en Bogotá.
Por otra parte, y como muestra indiscutible de la concepción poco racional y anticuada en la manera como se manejan las cuestiones de movilidad y transporte en Bogotá, El uso del carro particular sigue sin ser controlado incluso en medio de una ciudad  donde la infraestructura vial esta casi colapsada, y en donde entran cerca de 16000 carros nuevos a aumentar el parque automotor de un país en el que para el año 2010 entraron 720000 carros nuevos. Todo esto si se compara con algunas ciudades europeas en donde el estado paga a sus ciudadanos para que renuncien al uso de sus carros por el uso de medios menos contaminantes como la bicicleta y el metro, deja un panorama desalentador sobre ciudades como Bogotá, poco consientes de la urgencia de crear medios de transporte eficaces que descongestionen las calles y que ayuden en el mejoramiento del aire que se respira.
No podemos decir que el metro desplace al resto de sistemas de transporte público, por el contrario deben actuar como complementos entre sí, es decir que el metro pueda dar la posibilidad de pasar de una estación de metro a una estación de transmilenio cercana y así manejar ambos sistemas usándolos entre si y permitir una ayuda para el transporte público de la ciudad. Si estos dos sistemas se utilizan en conjunto es muy seguro que la movilidad se facilitaría. Debemos tener en cuenta que la idea del metro ya es un hecho, la primera línea del metro ya fue discutida y planteada, irá desde el portal de las Américas hasta la calle 100, con más de 20 estaciones y conexiones con el transmilenio. Esta línea recorrerá 24 kilómetros y se empezara a construir en el año 2011. Es entendible que algunas personas consideran que una pequeña línea de 24 kilómetros no es suficiente para detener los problemas de movilidad en Bogotá, pero es el inicio de una gran obra que de seguro irá en incremento desde la implementación de su primera línea para cubrir y apoyar el movimiento de los ciudadanos de Bogotá. Además es un transporte necesario para la evolución y adelanto del país, ya que Bogotá en una de las pocas capitales en el mundo que no tiene un metro como sistema de transporte, sin el demostramos un gran atraso para el país.
Por consiguiente, las formas de hacer más eficiente y racional la manera en como los ciudadanos de Bogotá se transportan,  incluyen además de sistemas de transporte masivo como el metro, políticas municipales  que ataquen este problemas desde todas  sus causas: disminuyendo el uso del carro particular, promoviendo medios de transporte alternativos mediante amplias y extensas ciclo-rutas  para que los ciudadanos  transiten segura y tranquilamente por las calles  en bicicleta, regulaciones sobre el servicio de transporte de buses y busetas de empresas privadas que fomenten la calidad y agilidad en el servicio, una ingeniería de transito que garantice eficiencia en la movilidad de todos los carros y buses en la ciudad; y una adecuación del espacio público más incluyente para una ciudad en la que la mayoría de sus ciudadanos  se transportan en carro particular.